Los niveles de motivación se dividen en primarias (de forma inconsciente), secundarias (de forma consciente) o negativas (provocadas tras sufrir intervenciones).
Las motivaciones primarias. Están formadas por:
- El juego: actividad placentera que satisface nuestras necesidades.
- El agonismo: actividades realizadas con el fin de superar, ya sea a si mismo o a tus oponentes.
Las motivaciones secundarias. Están formadas por:
- El éxito: necesidad de superarse, buscando este éxito en el deporte a través de hacerlo bien.
- La pertenencia a un grupo: necesidad de agruparse buscando un mismo fin y ser reconocido por este grupo.
- La motivación estética: necesidad de proporcionar una armonía y belleza corporal con tus movimientos.
- La salud: necesidad de verse en forma y obtener un buen estado psicoemocional.
Las motivaciones negativas. Estas se convierten en negativas debido a los siguientes factores:
- El sentimiento de inferioridad: se da tras la infravaloración o tras creer no estar a nivel. Crea un sentimiento de inseguridad.
- La sobrecarga de frustraciones: se da tras recibir unos resultados no esperados. Si se da consecutivamente puede conllevar al abandono.
- El ansia de rendimiento: se da tras buscar unos objetivos inalcanzables a pesar del esfuerzo, lo que crea un sentimiento de desmotivación.
REFLEXIÓN:
Las motivaciones primarias se dan en cualquier tipo de actividad que lleves a cabo ya sea en el propio juego antes nombrado. El agonismo se puede llevar a cabo en cualquier actividad que realizas con tus amigos, ya sea un juego de mesa o el propio deporte, ese sentimiento de competitividad siempre está presente.
Estas mismas te proporcionan la necesidad de dedicarte a un solo "juego" o deporte, dando pie a las motivaciones secundarias, en donde ya buscas el éxito en este, la necesidad de adentrarte a un grupo en el que se busque progresar y la superación en los movimientos, técnica y táctica.
Las motivaciones negativas se dan sobre todo en el comienzo en tu "carrera deportiva" ya que todavía o tienes el nivel que deseas tener y ahí es donde aparece la sobrecarga de frustraciones y el sentimiento de inferioridad ante tus compañeros con "mayor nivel", creando sobre estos un sentimiento de envidia.